Esta es la historia que nos cautivó y que hizo que este cartel fuera todo un reto para nosotras:
En 2010, Leyre trabajaba en una productora de cine y, aunque era feliz, ella fantaseaba con la idea de ser profesora algún día.
Sin pensarlo mucho, decidió presentarse a oposiciones en Navarra y Aragón y se preparó solo tres temas (de los setenta y tres que entraban a examen).
Uno de esos tres temas era ‘El Quijote’. No tuvo la suerte de que saliera ninguno de ellos y no aprobó.
En 2014, volvió a presentarse, con algunos temas más, pero tampoco tuvo suerte, no le salió ninguno y suspendió por segunda vez.
En aquel momento, Leyre empezó a tener claro que quería ser docente a toda costa. Le puso empeño y se puso a estudiar muy en serio. Y, aunque justamente esos años siguientes no convocaron oposiciones, ella siguió estudiando a tope. Su madre (¡ay, las madres!) fue la persona que más la ayudó, escuchando los temas que se aprendía, día tras día. Al final, llegó a prepararse cuarenta. Pero “El Quijote” seguía siendo su preferido, siempre. De hecho, era el que ella quería que le saliera en el examen y el que solía recitarle contínuamente a su madre.
Unas Navidades, en la casa del pueblo de sus padres, en Navarra, su madre decidió poner un árbol de Navidad de madera en una pared del comedor. El padre le preguntó qué pondrían cuando sacaran ese árbol y su madre respondió: “Mira, se quedará el clavo, y el día que Leyre apruebe las oposiciones, ¡pondremos un Quijote!”
En 2018, volvieron a convocar oposiciones y Leyre se presentó en Catalunya i en Aragón. Aprobó en las dos con plaza (¡aunque en ninguna de las dos le salió ‘El Quijote’!)
Quedó pendiente, pues, hacer ese Quijote para colgar en la pared, ya que siempre tuvieron claro que ese premio tenía que estar allí. Empezaron a ver diseños y les gustó mucho el de Antonio Saura, pintor aragonés. Así que, ya que las oposiciones habían sido en Catalunya y en Aragón, decidieron que la figura debía estar creada por algún/a artista catalán/a. Y buscando opciones en redes sociales e internet, dieron, por suerte, con nosotras 🙂