Los días previos al estado de alarma, nos planteábamos como haríamos el confinamiento, como nos relacionaríamos las dos, como deberíamos trabajar.
De repente, lo que parecía tan lejano nos empezó a preocupar a nivel de salud, obviamente, pero también sufríamos por nuestro querido proyecto laboral. Nos ha costado mucho llegar hasta donde estamos. Tenemos la gran suerte de disfrutar de nuestro trabajo, de nuestra pasión. De repente vimos cómo, después de tantos años luchando, haciendo y deshaciendo, reinventándonos … cuando por fin habíamos conseguido una cierta estabilidad y empezábamos a recoger los frutos … ahora todo peligraba.
Pero la incertidumbre te hace vulnerable, y el miedo no te deja actuar. Así que, después de pasar unos días intranquilas decidimos actuar y transformar todo lo que estábamos sintiendo. Reinventarnos, de nuevo.
La ventaja de tener un proyecto con alguien es que cuando una tambalea, la otra se siente con la responsabilidad de animarla. Como una balanza, siempre buscando el equilibrio.
Así han sido estas semanas: Nos hemos buscado en la complejidad del momento y nos hemos encontrado, confinadas, pero estábamos las dos, Mireia y el Ari, con ganas de seguir creando juntas. Y, como siempre hemos hecho, hemos conectado en el punto donde las cosas fluyen, sin olvidar nuestros principios ni nuestra esencia. Y, incluso, surgen nuevas emociones. La distancia nos ha ayudado a percibir nuevas sensaciones. Porque el “no poder” te hace buscar nuevas rutas y nuevas maneras de llegar a la gente, a vosotrxs.
Y ahora sentimos que quedan lejos esos días. Sentimos gratitud hacia las personas que seguís confiando en nuestro trabajo, a pesar de las circunstancias.
Nos sentimos satisfechas de ser quienes somos y capaces de seguir soñando y de ilusionarnos como aquellos primeros días de hace tantos años, cuando empezamos a crear juntas en un rincón en casa de Ari.
Nos sentimos felices de haber vivido un Sant Jordi confinado que nunca olvidaremos. Para nosotras es el día más bonito del año y este año se nos abrió la posibilidad de compartirlo con más intensidad que nunca. ¡Hacer de mensajeras y poder repartir tanto amor ha sido de las cosas más emocionantes que hemos hecho nunca!
Gracias a vosotrxs, que os volcásteis en regalar virtualmente nuestras rosasparasiempre, nos encontramos inmersas en una experiencia maravillosa con la que juntxs, hemos conseguido hacer una donación de 660 € al movimiento #Yomecorono. Impresionante, ¡¿verdad ?!